Unas barcas dedicadas al contrabando descienden por el río Nakagawa hasta una isla, donde se esconde la mercancía antes de venderla. Allí está la célebre y temida taberna de Fukagawa, cuartel general de una banda de peligrosos contrabandistas. Durante mucho tiempo, no sólo ha sido un lugar intocable para la policía, sino que ha contado incluso con su connivencia. Sin embargo, la llegada de nuevos policías constituye una amenaza para la impunidad de la banda, que se verá obligada a tomar precauciones.