Samantha es testigo del asesinato de un amigo suyo en el transcurso de una fiesta a manos de un grupo de chicos del pueblo. El miedo se apodera de ella y prefiere no delatarlos. Además, sus relaciones con su madre están cada día más deterioradas, hecho que empeora su situación. Pronto empieza a recibir presiones para que abandone la ciudad, ya que, de lo contrario, terminará igual que su compañero.