La taquera callejera Nicolasa vende afuera de unos estudios de cine y su popularidad pone en peligro el restaurante de los propios estudios. Al ver actuar al galán Armando deja caer su comida y el director la expulsa. El tipo que la saco, Fulgencio, gana la lotería y hace creer a todos que obtendrán lo que desean si golpean a la taquera. Curiosamente así sucede y el galán la conquista para pegarle a su antojo, pero a Fulgencio le va mal y rapta a Nicolasa para golpearla también, pero un borrachín avisa a la policía. El hijito de una vecina es atropellado y Nicolasa ejecuta suertes ecuestres en una charreada para pagar la operación con lo que gana, pero se le adelante el galán, que confiesa ser padre del niño. Un terrorista muere atropellado luego de golpear a Nicolasa y dejan de pegarle.