Un empleado que trabajaba en la vía férrea, es arrollado por un tren. Sus familiares son informados por un notario que el fallecido tenia mucho dinero y que les había dejado en herencia su patrimonio, pero para el reparto tienen que esperar a que el hijo varón, adoptado por el fallecido, cumpla la mayoría de edad. Alguno de los miembros de esta familia no están dispuestos a esperar ya que necesitan el dinero, cueste lo que cueste.