Tomek es un joven de 19 años obsesionado con Magda, una mujer treintañera a la que espía cada tarde con unos prismáticos. Ella vive su vida de manera muy liberal, sin prejuicios, invitando a su casa a innumerables hombres. Tomek, enamorado y celoso, decide trabajar como repartidor de leche para así poder estar más cerca de Magda y a su vez interrumpir sus citas amorosas. Un día Tomek decide explicar la verdad a Magda y declararle su amor, pero descubrirá que el amor no es un juego tan sencillo como él creia