Una niña llamada Eun-joo desaparece en Busan en 1978. Sin que el supuesto secuestrador haya contactado durante las dos últimas semanas y sin pistas que seguir, la policía asume que ha muerto. La madre, desesperada, pide ayuda a un adivino, que le asegura que su hija está viva y que pueden salvarla si se acupa del caso el veterano detective Gong Gil-yong. Éste, pese a su escepticismo, acepta el caso.