Un joven soldado llega en tren a una estación solitaria donde tiene que hacer trasbordo. Mientras espera, se queda dormido, y tiene un extraño sueño: en la estación encuentra una pastelería que solo abre de noche: "Ritesti". Cuando el soldado entra en la pastelería y entabla conversación con su enigmática y bella dueña, entra también, sin saberlo, en un laberinto infernal. Producido como un capítulo de la serie de Televisión Española "Crónicas del mal", el film retoma una obsesión personal del director, también presente en sus cortometrajes experimentales de los años 70: las formas circulares dentro de una historia circular.