Después de veinte años de casados, el matrimonio de Ken y Bárbara es pura y aburrida rutina. Físicamente envejecidos, creen que la única manera de reavivar el amor es rejuvenecer sus cuerpos a través de un gimnasio especializado en estética, pero todavía se deprimen más al ver a otros jóvenes de verdad en toda su belleza. Frustrados, deciden someterse a la cirugía. Resultado: ¡una pareja perfecta! Pero la reconquistada atracción mutua también lo es para terceros... Y terceras, y la relación entra en una peligrosa crisis. No se puede rejuvenecer veinte años sin pagar "ciertas consecuencias".