En 1924, Bill Tilghman regresa al servicio activo tras años de retiro para encargarse de la seguridad de la ciudad de Cromwell, Oklahoma. La hasta entonces tranquila comunidad granjera ha doblado en poco tiempo su tamaño debido a la explosión petrolera, lo que provoca un preocupante auge de la criminalidad en la zona a manos de bandas organizadas.