El velatorio y exequias de Don Fernando se realizan en la más absoluta intimidad. Margarita hace responsable a los marqueses de la muerte de su marido y promete vengarse. Martina, por su parte, sigue culpándose de lo sucedido y se separa de Curro. La marquesa ignora las amenazas de su cuñada y centra su atención en Ramona tras hacerle a Petra un misterioso encargo. Mientras Abel sigue indagando si entre Manuel y Jana hay algo más que amistad, ésta le cuenta a María Fernández el baile privado que tuvo con Manuel en el hangar. Teresa no admite las explicaciones de Feliciano y termina retomando una relación que creía enterrada. Pía, que sigue agobiada con el trabajo y el cuidado de su hijo, le cuenta a Cruz que sospecha que Feliciano fue quien robó a su hijo y amenaza con ir a la guardia civil. Cruz le pide tiempo y termina tomando una sorprendente decisión.