Chicago, 8 de septiembre de 1932. Esa noche, un convoy de 4 camiones, que había cruzado la frontera con Canadá, se dirigía hacia Chicago; están transportando 1.000 cajas de whisky canadiense, valorados en más de 100.000$. Ness y sus intocables han establecido una barricada en las afueras de la ciudad. 7-8 millas más adelante de Ness hay otro control de carretera, creado por el gángster Phil Corbin, propietario del Club Continental de Chicago; está esperando con sus hijos para secuestrar el convoy.