En nuestro país existen muchos amasijos, como las almojábanas y las garullas. Otro es la achira, que no debe su nombre a una región –como muchos creen–, sino al tubérculo con el que se prepara. También está el pan de bono, cuyo nombre no tiene que ver con el cantante de U2, sino con una de dos versiones: una tradicional hacienda del Valle del Cauca o un italiano que vendía pasabocas en un puesto ambulante, en la tradicional Calle Sexta de Cali. Estos mitos de origen, las recetas, las maneras de disfrutarlos y las historias en los lugares de origen son ingredientes de este suculento y delicioso capítulo.