El P-51 Mustang fue diseñado para dominar los cielos de la Segunda Guerra Mundial. Y lo hizo. Estos cazas monomotor no tardaron en imponerse a los alemanes en los combates aéreos gracias a su velocidad, agilidad y maniobrabilidad. Pero quizás el aspecto más destacable del P-51 Mustang era su gran autonomía, lo que le permitía escoltar a los bombarderos pesados en viajes de ida y vuelta al corazón del conflicto.Desde el primer vuelo a motor en 1903, el hombre ha soñado con dominar los cielos, desarrollando y construyendo un gran número de aviones de combate.