Candy está en la playa con Clin y piensa en Albert y Terry. Candy consigue trabajo en un hotel. Un hombre ve a Candy en el hotel y pregunta quién es ella. El dueño le dice que es una chica que quiere costearse el viaje a América. El dueño del hotel le paga a Candy y se despide. El hombre que había preguntado por ella, le ofrece llevarla a South Hampton. En el camino, el hombre le pregunta si ya avisó en el hogar de Pony que va a regresar y ella dice que no. El hombre es malo y quiere vender a Candy. Llegan a una cafeteria donde él piensa venderla. Candy entra al baño y escucha por la puerta que el hombre la quiere vender. Candy sale corriendo y se lleva el carruaje del tipo. El tipo la sigue en unos caballos. Candy salta de la carreta hasta un árbol y logra escapar del bandido. Después se sube a otra carreta. El que maneja la carreta es un hombre llamado Carson. En el pueblo no lo quieren porque dicen que desde que se murió su esposa es un amargado. Carson les llevaba manzanas a sus hijos. Uno de los hijos le dice que en la carreta hay una niña dormida y se dan cuenta que Candy se las comió todas. Candy ofrece pagar por las manzanas pero cuando va a sacar el dinero se da cuenta que lo ha perdido. Cuando Carson se mete a la casa, los niños salen y le dicen a Candy que la esconderán en el establo para que pueda dormir ahí. Candy está agradecida con ellos. En el establo, Candy piensa que si hubiera corrido más rápido talvez hubiera alcanzado a Terry. Los tres niños entran a dejarle comida a Candy. El segundo niño le dice a Candy que su mamá no ha regresado desde que se fue al monte Romney. El hermano mayor, Sam, le dice a Candy que sus hermanitos no quieren entender que su madre está muerta. Los tres lloran. Candy se da cuenta que la más chiquita, Susy, tiene mucha fiebre. Candy dice que va a buscar al doctor pero el hermano mayor dice que no tiene caso. Carson dice que ese doctor mató a su esposa y que si viene a su casa, lo mata. Candy y Sam corren para buscar al médico.